Categoría - Ester Escribe

Reflexiones

6 trucos para combatir el síndrome del impostor

 

Cuando me planteé escribir este blog empecé a investigar otras páginas, me documenté, creé paneles de inspiración, abrí un cuaderno nuevo y una placentera sensación de ilusión se apoderó de mí. Entonces apareció él. El señor enmascarado. Gritándome que dónde iba, que quién era yo para dar consejos, que quién me iba a leer y demás cosas bonitas. No me sorprendió su presencia, ya éramos viejos conocidos. Era el mismo que me decía que no levantara la mano en clase aunque después el profesor dijera lo mismo que iba a decir yo, el que me susurraba que no me iban a dar ese trabajo, el que me gritaba que igual tampoco hacía tan bien mi trabajo como para andar pidiendo aumentos. El maravilloso Síndrome del Impostor.

El Síndrome del fraude o síndrome del impostor, término acuñado por los psicólogos clínicos Pauline Clance y Suzanne Imes en 1978, es un trastorno psicológico (aunque no reconocido como trastorno mental) que hace que el que lo sufre sea incapaz de reconocer realmente todos sus éxitos y se vea a sí mismo como un fraude ante los demás, como si no mereciese los logros conseguidos. Además, siempre piensa que va a acabar siendo descubierto como un fraude.

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Relatos

Una heroína de labios rojos

La primera vez que la vi faltaba un año, tal vez menos, para que la mataran. En ese momento, sin embargo, yo no podía ni imaginarlo y diría que ella tampoco. Quedé fascinada con su encanto antes incluso de verla, al entrar al baño y oler su perfume. Tacones de vértigo de suela roja, traje de chaqueta blanco impoluto, media melena lisa, rubia y extremadamente brillante. Me sonrió con amabilidad. De esa que desprenden los que saben que están muy por encima de ti. Sacó su labial del bolso y se repasó los labios con el rojo más bonito que había visto en mi vida. Channel Rouge Allure, tono 837. Fijé ese dato en mi memoria a la espera de que alguien me preguntara qué quería para mi próximo cumpleaños. Estaba claro que a ella no la habían derivado a ese hospital de pijos desde la saturada Seguridad Social. No, ella no era como yo; ella era miembro de pleno derecho del exclusivo club del talonario.

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Relatos

«Siempre él» – mi relato finalista del concurso Folio en blanco 2017

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Sois muchos los que me habéis pedido algo escrito por mí. Bueno, muchos teniendo en cuenta que la gentecilla de bien que leéis este blog no sois todavía un grupo muy numeroso.

El problema es que yo soy una persona muy introvertida y me cuesta mucho exponerme o compartir lo que hago. Sin embargo, este es el nuevo esterescribe como te comenté hace unos días y aquí no tienen cabida los miedos.

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Reflexiones

Volver a empezar

Siempre le doy muchas vueltas a todo. Demasiadas. Tuve la idea de hacer este blog hace casi 3 años. Buscaba un lugar donde recopilar todo lo que había aprendido sobre escritura y creatividad para tenerlo todo de un modo más organizado y, a la vez, quería hacerlo público por si podía ayudar a otras personas con intereses similares a los míos. También quería que ese lugar fuera un sitio para expresarme y que  me «obligara» a tener una rutina de escritura porque había pasado por un periodo en el que casi no escribía.

Como he dicho, todo eso lo pensé hace varios años. Hace ya casi dos años compré el dominio. No tenía del todo claro que esterescribe fuera muy buen nombre, sobre todo en términos de posicionamiento, pero me lancé porque creía que si no lo hacía el proyecto se iba a quedar en nada. Y así fue, de hecho, a pesar de comprar el dominio. Con la primera renovación del dominio apareció la anti-animadora interior que todos llevamos dentro: «pero para qué te metes si no lo vas a hacer» «pero qué esperas conseguir con esto» «pero qué te crees, si no te va a leer nadie» «pero acaso te crees una experta para andar dando consejos». Pero, pero, pero…

Pero decidí acabar con esa tipeja maligna interior trabajando en el proyecto. Y lo conseguí. Y lancé el blog en mayo de este año bastante contenta con el resultado. Sin embargo, tardé poco en descubrir que con lo que estaba contenta era con haber conseguido dar, por fin, un paso adelante, pero no con el blog en sí. Poco a poco me fui desinflando, postergando los posts, publicando por publicar en Instagram… hasta que paré del todo.

A menudo consideramos parar como un fracaso, pero parar es  necesario para coger aire y perspectiva y poder ver con claridad en qué punto nos desviamos del objetivo y analizar si ese desvío nos gusta y decidimos explorarlo o si, por el contrario, preferimos volver al camino inicial.

Y eso es lo que he hecho. Parar y coger distancia para ver que había convertido el blog en lo que tanto había leído que había que hacer desde la perspectiva del marketing si quería conseguir lectores desde el minuto cero, pero, a la vez, al hacer eso, había creado un sitio que no me representaba y que sentía como una obligación más y no como algo que me apeteciera hacer.

La página se llama esterescribe porque quiero escribir sobre todo de escritura y ayudar a las personas que aman escribir, pero también se llama así porque es un sitio en el que me gustaría tener la libertad de escribir sobre lo que me apetezca aunque no esté directamente relacionado con la literatura. Por eso he hecho una reestructuración y a la parte de aprendiz de escritor y ocio literario les he añadido un tercer apartado para publicar mis escritos tanto de ficción como de no ficción desde la total libertad que me da el que esta sea mi casa.

Así que si esta es la primera vez que pasas por aquí, ya sabes el por qué de que algunas publicaciones parezcan no encajar con la temática general. Y si ya formabas parte de la gentecilla de bien que seguía este blog desde su inicio espero que este cambio no te descoloque demasiado y sigas al otro lado. Por mi parte te prometo que este cambio es para mejor y que gracias a él te voy a ofrecer mucho más contenido, de forma más constante y con mucha más ilusión.

Bienvenid@ a mi nueva casa. A veces te parecerá desordenada o te extrañará verme pasear por ella en ropa interior, pero te prometo que siempre, siempre será acogedora.